jueves, 24 de enero de 2013

Nunca Jamás!!!


En este momento la gran Reina del canto al desamor es la joven Taylor Swift, con tan solo 23 años es capaz de expresar los sentimientos de muchas de nosotras en sus canciones, así como algún que otro tropiezo amoroso.
Es curioso, seguro que en los últimos meses hemos bailado su último éxito, "we are never ever getting back together", como locas en las pistas sin prestar atención a lo que la canción dice.
La traducción es: NOSOTROS NUNCA JAMÁS JAMÁS VOLVEREMOS A ESTAR JUNTOS!!!
Todas hemos tenido una relación enfermiza en la que desarrollamos una extraña adicción y dependencia por la otra persona. Se nos nubla el sentido y no nos damos cuenta de que el continuar con ello es una tortura. Entramos en una espiral de autodestrucción, una montaña rusa de sentimientos que no podemos dominar y que controlan nuestra vida.
Las relaciones más intensas son las que tienen mayor riesgo de acabar así. Las mujeres solemos buscar un hombre dominante, nos va la caña, nos gusta lo arriesgado. El toma y daca es divertido, el estar pendiente de una llamada, un mensaje,.....Pero acaba por suceder algo que abre una primera brecha en la relación. Nos afanamos en intentar taparla, cerramos los ojos o vemos en la otra dirección intentando salvar lo que creemos que es un buen proyecto de futuro. Cuando ya no aguantamos más decimos basta y  la ruptura es dolorosa. El día a día se hace tedioso sin tener noticias de él. Nos volvemos paranoicas, empezamos a buscar indicios de una segunda mujer, controlamos su última conexión en el WhatsApp, vigilamos sus pasos en las redes sociales,.....Nos convertimos en espías profesionales, solo nos falta la gabardina y la pipa!!!
Pasadas unas semanas llega la jodida llamada. Esa puñetera llamada en la que te pregunta: Cómo estás?, Qué tal va todo?, y te suelta...............HE CAMBIADO Y AÚN TE QUIERO!!!
Y nuevamente estás montada en la montaña rusa. Un día estás en la cima, pletórica y maravillada por lo bien que marcha todo. Al día siguiente la caída en picado te deja casi inconsciente, pero las mujeres siempre nos levantamos, y no para huir (que sería lo más inteligente), si no que intentamos buscarle una explicación a esa nueva oleada de catástrofes que rodea a la relación.
Normalmente la segunda ruptura no se hace esperar y él suele ser el que toma la decisión. Y no te lo pierdas, de quién es la culpa??? NUESTRA!!! Si, es de la chica, la cara de tontas que se nos queda cuando intentan cargarnos a nosotras el muerto es para verla. Algunos tienen el descaro de emplear algún que otro topicazo: "ya no eres la misma de antes conmigo", "sigo queriéndote pero creo que tú ya no sientes lo mismo",....... Tú aguantas estoica esa retraída de chorradas porque es lo que toca, si aún te queda un ápice de autoestima en el cuerpo te guardas las lágrimas hasta que te encuentras en el calor de tu hogar, tirada en el sofá envuelta hasta la cabeza en una mantita con un estampado divino de leopardo.
Y otra vez al principio. Intentas sobrevivir. La mejor forma es salir de fiesta y buscar un sustituto, "un clavo quita otro clavo". Cuando empiezas a levantar cabeza y crees que todo ha terminado de una vez por todas............ Empieza la fase de acoso a distancia, esto implica que ahora la información que recibirás de él será a través de amigos en común. Pero la información viaja en los dos sentidos, así que, en cuanto él se entera que hay otro intenta propiciar encontronazos "fortuitos", siempre rodeado de chicas, para no quedarse atrás. El contacto visual suele ser difícil de sobrellevar, pero si mantienes las distancias no pasa de una ligera sensación nauseosa. Cuando los encuentros no dan resultado pasan a los mensajes, esto es una forma de marcar territorio, nos recuerdan que aún están ahí y que no debemos olvidarnos de su existencia.
Pues bien, para esto no hay consejos, es demasiado avaricioso  intentar buscar una solución estandarizada a este tipo de enredos. Pero una buena forma de descargar adrenalina, y con ello evitar romperle la cara a ese capullo al encontrarlo, es aprenderte la canción y cantarla como una loca en sus narices.
NOTA: asegúrate de que el chaval domina el inglés y en el caso de que no entienda ni papa entrégale una hojita con la traducción o dile que se lo busque en google.

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